viernes, 18 de septiembre de 2009

Tercer día. 18 de septiembre

Pensando en que lo peor lo habíamos pasado (nervios, dificultades en el camino,etc...) y después de desayunar en un bar, salimos alas 10:00 horas hacía estella 48 - 50 km por delante.
Nuestro augurios se torcieron y en Pamplona se pone a diluviar y además pincho . Mal empezábamos.Por delante teníamos el Alto del Perdón. Por motivo de la lluvia intensa durante la noche anterior y lo que estaba cayendo en ese momento, el camino se volvió impracticable.Muchos tramos anegados. Veredas colmatadas de barro y agua. Además dela dureza de las pendientes, literlamente nos quedábamos clavados en el camino. Apenas a dos kilómetros de la cima, estábamos decidiendo si subir por la carretera o seguir por el camino. Tras algunas consultas con algunos peregrinos y a pesar de sus consejos decidimos seguir por el camino. Craso error, a 600 metros de la cima ya no podíamos mover la bicicleta ( llevábamos a píe casi kilómetro y medio). El barro colapso los frenos yparalizó las ruedas. Tuvimos que dejarlas allí y transportar las mochilas a la cima y después bajar a por ellas para subirlas a la espalda. en estos dos kilómetros se nos fueron almenos una hora y media.
Nada más llegar arriba, pincho de nuevo y tengo que meter las ruedas en un charco para poder desmontar la rueda. Otra media hora larga allí, entre la lluvia, la niebla y el frío. Los molinos de viento zumbaban y parecía aquello sacado de una película de miedo. Decidimos con buen criterio seguir por la carretera. El descenso por el camino no nos lo planteamos siquiera, en medio del decenso se había formado una laguna y había que dar un rodeo enorme por un terreno de siembra recién arado. Imposible para las personas, más para las bicis. Las hubéramos dejado allí.
Este hecho lo supimos despues en el albergue. Llegamos empapados a las 15:00 horas a Uterga donde decidimos comer. Sólo habíamos hecho veinte kilómetro. De locos.
Después decidimos seguir por el camino, perocuando llevábamos trescientos metros, nos hundimos de nuevo en el barro. Vuelta para atrás y a seguir por la carretera. Frío, lluvia, desangelados (Veía la cara de mi padre que era un poema, pero allí estaba dando el tipo). Decidí seguir por delante de él unos 100metros para que no se desanimara y procurara seguir encima de la bicicleta. Quedaban 27 kilómetros a Estella y no podíamos parar en ningún sitio, estábamos en medio de la nada. Nos vamos a Eunate a ver una joya del románico y volvemos hacia Puente la Reina ( queríamos parar a verlo), pero el agua que llevábamos encima y la paliza nos hizo seguir. Poco a poco. Yo siempre por delante para que mi padre no cejara en su empeño fuimos recorriendo camino, siempre ascendente. En Lorca, desde donde escribo, decido parar, ya no podemos con más agua. Estamos a ocho kilómetros de Estella. Un buen Albergue con todos los servicios, incluso éste de internet. Mañana se preve más de lo mismo, aunque un lugaremos nos ha dicho que no caerá tanta agua. Nosotros ya tenemos decidido seguir por la carretera. Según nos adentremos en tierras de castilla esperemos que podamos retomar el original.De todos modos no nos desvíamos, porque el camino pasa de un lado a otro de las carretera constantemente.

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